SER MILLONARIO
En el mundo actual, la posibilidad de alcanzar la condición de millonario es una pregunta que a menudo se plantea. Cuando me embarqué en la aventura del emprendimiento, mi objetivo era claro: hacer lo que me apasionaba y disfrutar de la emoción de crear algo desde cero, con mis propias manos. La idea de generar más dinero que trabajando para otra persona siempre estuvo presente, pero a lo largo del camino, me di cuenta de un aspecto crucial: los costes asociados a la facturación. Esta realidad no siempre se considera de manera adecuada, y en ocasiones puede ser un factor limitante en la escalabilidad de un negocio. No te voy a engañar, en algún momento he pensado en ¿Cómo llegar a ser millonario? ¿Es posible? ¿Podría conseguirlo? Creo que trabajando para otra persona. La única forma que veo es desarrollando algo, lanzando un servicio al mercado o incluso, creando un producto. No trabajando por cuenta ajena. ¿Lo conseguiré? Creo que no pero, el viaje habrá merecido la pena.
Por otro lado, en los últimos tiempos, se ha vuelto común ver a muchas personas, especialmente jóvenes, hablar en diversas plataformas de redes sociales, como YouTube, sobre la inversión. Recomiendan encarecidamente a todos que inviertan su dinero. Primero se hablaba del dropshipping, luego de vender en Amazon, y ahora se promueve la inversión. Pero, ¿realmente es apropiado que cualquier persona invierta?
– ¿La inversión es para todos?
Imaginemos a un joven de unos 16 años con 1.000 euros en su cuenta. ¿Debería invertir? Es posible que no sea la mejor idea, ya que, en el peor de los casos, podría comenzar ganando. Las voces que alientan a abandonar los estudios y emprender un negocio propio suenan tentadoras, sobre todo para los más jóvenes. No obstante, emprender puede ser un desafío abrumador, y es probable que se deban dedicar muchas horas de trabajo con una incertidumbre constante sobre los ingresos. En el 99% de los casos, se trabajará más y se ganará menos en comparación con un empleo tradicional.
Emprender no es para todos, al igual que la inversión. Ambas actividades conllevan riesgos considerables, y es posible que los resultados no sean los esperados. En mi nuevo libro sobre emprendimiento, titulado «HUYE,» disponible en Amazon, exploro estas complejidades en profundidad.
La creencia errónea de que emprender e invertir son fáciles ha cobrado fuerza en la sociedad. La realidad es que ambos caminos son desafiantes y llenos de incertidumbre. Ganar dinero y convertirse en millonario no es tan sencillo como a menudo se presenta. Las personas que afirman obtener un 10% de rentabilidad mensual en sus inversiones suelen ser excepciones, ya que ni siquiera los profesionales con grandes presupuestos y recursos pueden lograrlo, pero entonces ¿Cómo llegar a ser millonario?
El hecho es que estamos generando una percepción inexacta de la obtención de riqueza y éxito. Esto puede provocar ansiedad y frustración en aquellos que buscan invertir o emprender. Además, muchas personas que se presentan como «millonarios emprendedores» suelen tener un respaldo financiero considerable, contactos influyentes o un entorno que facilita su camino hacia el éxito.
– ¿Cómo puedo llegar a ser millonario?
La riqueza no debería ser el único indicador de éxito. No eres un fracasado si no ganas una fortuna con tu negocio o si tus inversiones no rinden como esperabas. En estos campos, nadie tiene un control absoluto sobre lo que sucede. Las razones detrás del deseo de ser millonario son variadas: la libertad financiera, la posibilidad de no responder a jefes ni clientes, un consumo lujoso, el estatus y el poder. Sin embargo, la pregunta que debemos hacernos es si la riqueza garantiza la felicidad.
El secreto para convertirse en millonario generalmente implica factores como el apoyo familiar, un colchón financiero, herencias, empresas familiares que han pasado de generación en generación, suerte, o la aportación de un valor diferencial en un campo específico. A menudo, aquellos que alcanzan el éxito son personas excepcionalmente talentosas y trabajadoras pero en muchos otros casos, el entorno y su pasado le benefician.
En resumen, la clave no radica en la cantidad de dinero ni en la rentabilidad instantánea, sino en la costumbre de ahorrar e invertir a largo plazo. Ya sea joven o adulto, la vida ofrece oportunidades para aprender, viajar, pensar, arriesgarse, emprender y, sí, invertir. No te obsesiones con las inversiones, y recuerda que la juventud es un recurso valioso. El camino hacia la riqueza es abrumador y, a menudo, impredecible, pero no necesitas ser millonario para ser feliz y exitoso en la vida.